Un despacho o firma legal es una empresa, tal vez que difiera en algunos aspectos dado que no se trabaja con cualquier producto, es un servicio, un servicio muy cualificado y que tiene una máxima prerrogativa, o al menos así la hemos estudiado, se extiende en ocasiones en un plazo de tiempo a veces ilimitado. Esto lo vuelve tal vez diferente en su tratamiento y el diseño del mismo lleve a las mesas del diseño una mayor preparación.
Añadir una pequeña base de conocimiento en la materia, es fundamental, la especialización es otra, pero ahora mismo hay que tener en cuenta la saturación del mercado de firmas jurídicas que encuentran o creen encontrar su fuente de ingresos en más de lo mismo.
Un ejemplo claro ahora el tema de las tarjetas revolving, el mercado esta saturado de firmas que se dedican a este asunto, otro ejemplo, concurso de acreedores express, lo mismo en el tema de las alcoholemias, son temas que parecen estrellas para los despachos y firmas legales que lanzan a un mercado saturado, pero la pregunta es si realmente son rentables o no.
A su vez ¿cualquier despacho, firma, puede llevar adelante un proyecto de nuevo servicio? En la teoría, si, en la práctica, no porque ni siquiera desarrollan la estrategia más básica que es la dotación de un presupuesto para el desarrollo del proyecto y lo quieren realizar ellos mismos.
Debemos de partir que es el momento, ya desde hace mucho tiempo que es necesario llegar al reparto del trabajo y la especialización de este, el todos valen para todo no es cierto y aunque en España es un mal muy extendido que cualquiera vale para hacer de todo el día a día viene demostrando que esto no es así y el desarrollo de un nuevo servicio necesita de un equipo de trabajo que diseñe este y pruebe si realmente ese desarrollo cumple con sus objetivos.
No es fácil en un mar lleno de pescadores, como es el actual mercado legal, tener una oferta competitiva, más aún cuando el servicio no es vender cualquier cosa, lleva aparejado una serie de responsabilidades que parecen olvidarse y que el profesional conoce.
No se puede vender algo que vale diez mil por mil dado que ese coste viene dado por algo que se ha de tener en cuenta, si el mercado esta saturado tal vez hay que abandonar ese mercado e ir a otros, si no hay mercados hay que crearlos y es el momento de usar el legal desing thinking.
Que vivimos un momento extraño, es cierto, que en breve, mas del 65% de los trabajos administrativos desaparecerán o serán afectados por las Inteligencias Artificiales, https://wandalegaltech.com/la-inteligencia-artificial-el-modelo-arp-y-tu-despacho-juridico/ y esto llevará a un profundo cambio en la sociedad y en la forma de trabajar, es evidente, todo ello ya de una forma esta afectando a las Firmas legales que empiezan a ver el nuevo mercado, firmas para legales, la prevención legal, el contrato inteligente, Smartcontracts, nuevos servicios, una nueva sociedad con la base de la tecnología y la sociedad de la información, de ahí que sea necesario preparar de otra forma el servicio que se ha de vender al cliente.
Ya hace años, David Maister, definió las propuestas de valor de los servicios jurídicos, el grado de personalización, la intensidad de la interacción del “cara a cara”, Maister recurrió a ejemplos de profesionales de la sanidad, el farmacéutico, la enfermera, el neurocirujano y el sicoterapeuta, cada uno con su grado de especialización, acompañamiento al cliente, todo esto es ahora el momento que se puede dar gracias a la tecnología y esto se plasma en un diseño del Legal desing thinking.
El cliente siente al abogado cercano en un proyecto, que es su asunto, si le damos por ejemplo una aplicación, que ha desarrollado el despacho, acceso a su expediente, sin límite, desde el principio hasta el final de este, incluso conoce quien se lo lleva en ese momento, comunicación, chat, etc.
Hay muchas formas que se plantean en el desarrollo de un nuevo servicio, dos son como se puede ver los mas visibles, abandonar mercados saturados en busca de los llamados océanos azules y un trato al cliente que quiere que se le de una mejora de resultados, si no se le da un elemento que pueda comparar, que pueda medir, no podrá tener un juicio para ver ese valor añadido al contratar nuestra firma y no otra.
La herramienta para lo anterior, el legal desing thinking.